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Desigualdades en la distribución de la renta en los países desarrollados (Parte I) (página 2)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

En otras palabras, la concentración de la riqueza
socava la base de consumidores de la economía, provocando
una disminución del PIB y del paro, lo que reduce los
niveles de vida. Obviamente, la riqueza total de la sociedad se
reduce cuando la riqueza está muy concentrada, porque hay
un menor nivel de actividad económica.

Los datos económicos de varias fuentes, entre
ellas la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), muestran que
la riqueza y los ingresos en los Estados Unidos se han ido
concentrando cada vez más. El 1% de los estadounidenses
poseen el 38,2% de los activos del mercado de valores.

Para ese 1% de los estadounidenses, los ingresos del
hogar se triplicaron entre 1979 y 2007 y han seguido aumentando,
mientras que la riqueza del hogar en los Estados Unidos se ha
reducido en 7.7 billones de dólares. El coeficiente de
Gini muestra la creciente disparidad en la distribución
del ingreso.

En términos del coeficiente de Gini, los Estados
Unidos se encuentran ahora en paridad con China y pronto
superarán a México, un país todavía
en desarrollo. Cabe señalar, por supuesto, que los EEUU
siguen siendo un país mucho más rico en general. Si
la tendencia actual continúa, sin embargo, los EEUU se
asemejarán a un país del 3er mundo, en
términos de la disparidad en la distribución del
ingreso, en aproximadamente dos décadas, es decir, en
2032

En vías de subdesarrollo

Los Estados Unidos se están convirtiendo en un
país postindustrial y neo tercermundista. En parte como
consecuencia del aumento del desempleo y la falta de
oportunidades económicas, la caída de los salarios
reales y los ingresos familiares, aumento de la pobreza y el
aumento de la concentración de la riqueza, y a que el
gobierno de EEUU se enfrenta a una crisis fiscal
histórico. La influencia dominante de las empresas sobre
el gobierno de los EEUU, sobre todo por los grandes bancos, el
debilitamiento gubernamental a nivel federal y las
políticas destructivas de impuestos están agravando
los problemas económicos que enfrenta Estados
Unidos.

A menos que se implementen reformas estructurales o se
produzca un colapso hiperinflacionista (debido a los problemas
fiscales del gobierno de los EEUU), el deterioro de la
economía de EEUU continuará y se acelerará.
A medida que la economía de EEUU continúa su
descenso, la salud pública, nutrición y
educación, así como la infraestructura del
país, se deterioran visiblemente y el estado
tercermundista de los Estados Unidos se hará
evidente.

Las ilusiones pasadas: breve recorrido por la hemeroteca
reciente

(Nota: corresponde al momento de redacción del
citado Paper)

La renta de los británicos "regresa" al 2005
(desde hace 80 años no se vivía algo
similar)

"Los banqueros centrales no suelen caracterizarse
por su sinceridad y mensajes claros y contundentes. Más
bien, como altos cargos de la burocracia financiera, sus
discursos suelen estar llenos de ambigüedades, cuando no de
mentiras piadosas para no generar alarma y desconfianza en la
población. Su trabajo consiste en hacer creer a los
agentes económicos que ellos pueden manejar la
situación, que las cosas están bajo
control"…
Mervyn King alerta: "La renta de los
británicos regresará a niveles de 2005" (Libertad
Digital – 9/2/11)

"Maquillaje" (el "efecto desánimo"
altera las cifras reales del paro en los EEUU)

"Conocíamos recientemente la noticia de que
la tasa de desempleo en EEUU bajó al 9% en enero, desde el
9,4% en el anterior mes, lo que supone 600.000 personas
desempleadas menos. Además, la Oficina de
Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics, BLS)
estadounidense revisó al alza los datos de creación
de empleo de los dos anteriores meses (noviembre y
diciembre)"…
El "efecto desánimo" maquilla el paro
de EEUU (Libertad Digital – 15/2/11)

Los parados de larga duración en los EEUU (de lo
cíclico a lo estructural)

"El 45% de los parados de EEUU llevan más de
27 semanas buscando trabajo. Ni el gasto público ni la
política monetaria ayudan a solventar este
problema"…
Los parados de larga duración crecen a
un ritmo sin precedentes en EEUU (Libertad Digital –
22/2/11)

En EEUU la crisis amplia la brecha entre la riqueza de
los blancos y las minorías

"La brecha entre la riqueza de los blancos y cada
una de las dos grandes minorías de Estados Unidos
-hispanos y negros- se ha ampliado hasta niveles sin precedentes
en medio de la crisis del sector de la vivienda y la
recesión, según nuevos estudios"…
Crece la
brecha entre la riqueza de los blancos y de las minorías
en EEUU (The Wall Street Journal – 27/7/11)

La prolongada anemia de la economía americana
("la Gran Japonización")

"La resistencia de la economía de Estados
Unidos, que en los últimos 25 años siempre ha
remontado pese a guerras, ataques terroristas y el hundimiento de
las acciones, se ha debilitado tras la explosión de la
burbuja inmobiliaria. El colchón que en el pasado la
ayudaba a absorber estos golpes ya no está funcionando
como antes"…
A EEUU se le dañaron los
amortiguadores (The Wall Street Journal –
31/7/11)

Recayendo en la recesión global (¿es que
alguna vez habíamos salido?)

"Las fábricas de todo el mundo están
pisando el freno de la producción, en una
desaceleración de la actividad económica que
suscita el espectro de una recaída en la
recesión"…
La locomotora manufacturera global
pierde impulso (The Wall Street Journal –
1/9/11)

La pobreza avanza en Estados Unidos y alcanza a un 15%
de la población

"La tasa de pobreza en Estados Unidos aumentó
en 2010 por cuarto año consecutivo hasta el 15,1%, lo que
representa 46,2 millones de personas que viven con menos de 1.000
dólares al mes, según los datos divulgados hoy por
la Oficina del Censo"…
La tasa de pobreza en EEUU sube por
cuarto año consecutivo (Cinco Días –
13/9/11)

La OIT y la OCDE pronostican que en 2012 se
podría generar más desempleo

"La desaceleración económica mundial
podría generar un fuerte incremento del desempleo en el
año 2012 en el conjunto de los países del G20,
según un informe conjunto de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y la OCDE"…
La OIT
advierte de un fuerte incremento del desempleo en 2012 en el G20
(Expansión – 26/9/11)

Cuando la "oferta" elimina al empleo y luego a la
"demanda" (a pesar del crédito fácil)

"Muchos estadounidenses creen que las importaciones
chinas de bajo precio aniquilan empleos fabriles en Estados
Unidos. La mayoría de los economistas dicen que los
beneficios del comercio superan por mucho sus costos"…
Las
importaciones chinas afectan más de lo que se cree al
mercado laboral de EEUU (The Wall Street Journal –
27/9/11)

La pobreza infantil "proyectada" en el Reino Unido
(estado del malestar)

"Según un estudio realizado por el Instituto
de Estudios Fiscales (IFS, siglas en inglés), una
organización de investigación financiera
independiente, los ingresos medios de la población
bajarán un 7% hacia finales de la presente década.
Como consecuencia, 3,1 millones de niños, un 23,1%,
vivirán en la pobreza absoluta en 2020, frente a los 2,8
millones, un 21,1%, contabilizados en la actualidad"…
La
cuarta parte de los niños de Reino Unido, en la pobreza
absoluta en 2020 (El Economista – 11/10/11)

Peores vaticinios de la OIT: la crisis del empleo
seguirá hasta 2016

"La crisis financiera mundial ha hecho mucha mella
en el empleo. La factura en puestos de trabajo ha sido alta en
casi todo el mundo. Cicatrizar ésta herida costará
mucho tiempo. La Organización Internacional del Trabajo
(OIT) calcula que harán falta cinco años, hasta
2016. Según los cálculos de la agencia dependiente
de la ONU, recuperar los niveles de empleo previos al estallido
financiero precisa 80 millones de empleos. Sin embargo, "la
reciente desaceleración económica" hace que esto no
sea posible a corto plazo, por lo que retrasa un año su
pronóstico inicial de recuperación"…
La OIT
vaticina que la crisis de empleo seguirá hasta 2016 (El
País – 1/11/11)

Mercado laboral en el Reino Unido: "cerrado por
reformas" (volvemos en 10 años…)

"Reino Unido necesitará diez años de
austeridad para resolver sus problemas económicos,
según ha informado el think tank independiente Reform,
citado por el diario británico The Telegraph"…

Reino Unido necesitará diez años de austeridad para
resolver sus problemas económicos (El Economista –
22/11/11)

La "percepción" de los europeos (pérdida
de confianza)

"Nada hace pensar que los líderes europeos
encuentren en la opinión pública europea un aliado
en este proceso. Según el Eurobarómetro de
noviembre de 2011, menos de la mitad de los europeos (un 47%)
creen que la pertenencia de su país a la UE ha sido algo
positivo (frente al 18% que piensa que ha sido algo malo y al 31%
que considera que no ha sido ni bueno ni malo), y solo el 41%
confía en la Unión Europea (frente a un 47% que
desconfía). Si preguntamos a los europeos sobre algunas de
las reformas propuestas, como un mayor papel de las instituciones
supranacionales en la definición de la política
fiscal, los resultados son incluso menos
esperanzadores"…
¿Una Europa
euroescéptica? (El País –
25/11/11)

El contrato social se está empezando a deshacer
en muchos países.

"Uno de los legados de la última gran bonanza
económica vivida entre las grandes potencias y los
países emergentes es una brecha mayor entre ricos y
pobres. La desigualdad ha aumentado al nivel más alto de
los últimos 30 años en los países de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), debido sobre todo a la creciente
diferencia entre los salarios, que suponen el 75% de los ingresos
de un hogar. Lo ha hecho precisamente en esos años de
crecimiento, según el informe hecho público ayer
por la OCDE con datos de 2008, previos a la Gran
Recesión"…
La brecha entre ricos y pobres se
dispara al nivel más alto en 30 años (El
País – 6/12/11)

Generación "ni-ni": ni estudia, ni trabaja (el
problema crece en toda Europa por el paro y la falta de
alternativas)

"La crisis está dejando descolgados a
muchísimos jóvenes. En España, 800.000
ciudadanos entre 18 y 24 años ni estudian, ni trabajan.
Representan uno de cada cinco, una de las cuotas más
elevadas de la Unión Europea. En los tres últimos
años han empeorado las cifras de la llamada
generación ni-ni. En 2008 suponían el 13,9% de los
europeos de 18 a 24 años y en 2010 eran ya el 16,5%,
según alerta un reciente estudio del Centro Europeo para
el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop). Y
todo indica que los datos de 2011 van a ser todavía
peores"…
La crisis eleva al 22% los jóvenes que ni
estudian ni trabajan (El País –
16/12/11)

Esquizofrenia capitalista: las firmas gastan en
maquinaria, pero no crean empleos

"En ninguna otra recuperación estadounidense
desde la Segunda Guerra Mundial las empresas han sido tan
rápidas en impulsar el gasto en maquinaria y software y,
al mismo tiempo, más lentas a la hora de contratar
empleados"…
El hombre vs. la máquina, el dilema de
EEUU (The Wall Street Journal – 17/1/12)

Los jóvenes se llevan la peor parte de la crisis
de desempleo (la generación perdida)

"Davos está acostumbrado a las bravuconadas
de los líderes políticos. Sin embargo, cuando jefes
de compañías de todo el mundo acostumbrados a
hablar en voz baja advierten "no de una crisis, sino de un
desastre", cuando comienzan a llamar algo "un cáncer en la
sociedad", uno sabe que tenemos un problema"…
La bomba de
tiempo del desempleo juvenil (BBCMundo.com –
29/1/12)

"La OIT calcula que 6,4 millones de menores de 25
años ya han perdido la esperanza de encontrar trabajo. En
el mundo hay 75 millones de jóvenes desempleado. La cifra
ha aumentado en 4 millones desde 2007"…
El paro juvenil en
España cuadruplica la tasa mundial (Gaceta.es –
29/1/12)

¿Por qué falla la máquina de
empleos?

Las empresas producen y ganan más, pero no
aumentan su personal

He aquí algunos números del
desempeño de las empresas y el mercado laboral en Estados
Unidos que sirven de barómetros clave de la
economía del país. En los últimos 10
años:

– La producción de bienes y servicios se ha
expandido 19%.

– Las ganancias de las empresas que no pertenecen al
sector financiero han aumentado 85%.

– La fuerza laboral ha crecido en 10,1 millones de
empleos.

– El número de puestos de trabajo del sector
privado, sin embargo, se ha reducido en casi dos
millones.

– Y el porcentaje de adultos estadounidenses con trabajo
se ha reducido a 58,2%, un nivel que no se había visto
desde 1983.

En gran parte, eso ocurre porque la economía
crece demasiado despacio o como para absorber la fuerza laboral
disponible, y los sectores que suelen contratar en las primeras
etapas de la recuperación -como la construcción y
la pequeña empresa– se vieron paralizados por el
descalabro del crédito.

También hay que considerar el factor de la
confianza. Si los empleadores estuvieran seguros de que
podrían vender más, contratarían a
más personas. Si estuvieran menos inseguros de la
durabilidad de la recuperación y otros factores,
estarían más inclinados a incrementar sus niveles
de contratación.

Hay, además, un fenómeno que precede a la
recesión y que ha persistido a lo largo de ella. Se trata
de los cambios en la forma en que funciona el mercado y
cómo los empleadores ven a su fuerza laboral.

Los ejecutivos lo llaman "reducción estructural
de costos" o "flexibilidad". El economista Robert Gordon, de la
Universidad de Northwestern, lo llama el surgimiento de "los
trabajadores desechables", una abreviación de una
estrategia de las empresas para reducir costos laborales
dondequiera que puedan, a un nivel sin precedentes.

El economista Alan Krueger, de la Universidad de
Princeton, calcula que 70% de la escasez de trabajo actual es
simplemente cíclica, el resultado de una decepcionante
recuperación de una profunda recesión. Sin embargo,
atribuye 30% a cambios en el mercado laboral que comenzaron una
década atrás o más.

Consideremos lo siguiente:

En la recesión más reciente y en las dos
anteriores -1990-91 y 2001- los empleadores han sido más
rápidos a la hora de despedir empleados y recortar sus
horas de trabajo que en las recesiones que las habían
precedido. Muchos de ellos también fueron más
lentos para volver a contratar. Como resultado, la
"recuperación sin empleo" se ha convertido en la
norma.

En el pasado, cuando los negocios se desplomaban, las
empresas reducían personal y aceptaban menos trabajo por
empleado. Durante la profunda recesión de principios de la
década del 70, la producción estadounidense de
bienes y servicios se redujo en 5% y el empleo en 2,5%. Los
economistas trataban de comprender el "acaparamiento laboral", la
tendencia de las empresas a retener a los empleados que no
necesitaban.

Pero ya nadie piensa así. Entre finales de 2007
(cuando el empleo estadounidense alcanzó su mayor pico) y
finales de 2009 (cuando tocó fondo), la producción
estadounidense de bienes y servicios disminuyó 4,5%, pero
el número de trabajadores se redujo mucho más:
8,3%. El rompecabezas de hoy es entonces: ¿cómo y
por qué los empleadores lograron aumentar la
productividad, o la producción por hora de trabajo, como
nunca antes durante la peor recesión en
décadas?

En una época anterior, cuando más
estadounidenses trabajaban en líneas de ensamblaje, muchos
despidos eran temporales. Cuando el negocio se recuperaba, los
trabajadores volvían a ser convocados, a menudo debido a
garantías sindicales.

En el peor momento de la recesión de 1980-82, uno
de cada cinco desempleados correspondía a un "despido
temporal". En la reciente recesión, la proporción
de despidos temporales nunca fue superior a uno de cada 10. Eso
se debe en parte a que menos estadounidenses trabajan en
fábricas. Hoy, en cambio, si un restaurante no tiene
suficientes clientes, quiebra.

"Cuando los despidos son temporales, las
recontrataciones pueden realizarse muy rápido", comentan
los economistas Erica Groshen y Simon Potter, de la Reserva
Federal de Nueva York. Cuando los despidos son permanentes, la
recuperación del empleo es lenta, añaden. Si el
empleador quiere contratar, debe embarcarse en la tarea de
revisar currículos, lo que consume mucho
tiempo.

Las empresas, con sus ojos fijos en el precio de las
acciones y en las ganancias, valoran más que nunca la
flexibilidad encima de la estabilidad. La recesión les
demostró que podían hacer más con menos
trabajadores de lo que muchos de ellos creían.

En una encuesta a 2.000 empresas a principios de este
año, McKinsey Global Institute, el centro de estudios de
la enorme empresa de consultoría, encontró que 58%
de los empleadores esperaba tener más trabajadores a
tiempo parcial, temporales o subcontratados en los
próximos cinco años y más de 21,5%
trabajadores "tercerizados o externos".

"La tecnología", señala McKinsey, "permite
a las empresas gestionar el empleo como un aporte variable. Con
el uso de nuevos sistemas de programación de recursos, se
pueden proveer de personal sólo cuando lo necesitan, ya
sea por un día completo o unas pocas horas".

Las agencias de ayuda temporal juegan un papel cada vez
más importante, desde la provisión de personal
fabril y administrativo hasta enfermeras e ingenieros.

También facilitan volver a recortar en tiempos
difíciles. Los trabajadores, en pocas palabras, ahora
pueden ser contratados "en el momento preciso". Y aparentemente,
muchos empleadores no creen que todavía sea el momento.
Debido a que "pueden contratar personal temporal casi al
instante, hay poca necesidad de contratar a la espera de una
recuperación en los negocios".

Cuando sí reclutan personal, las grandes empresas
multinacionales con sede en EEUU están en mejor
condición de y más dispuestas a contratar en el
exterior, en parte porque los salarios son a menudo más
baratos, pero también porque es allí donde
están sus clientes.

En la década de los 90, las multinacionales
incorporaron en EEUU casi dos puestos de trabajo por cada nuevo
empleo fuera del país; en tanto que en la década
siguiente, recortaron 2,9 millones de empleos estadounidenses,
mientras que aumentaron 2,4 millones en el extranjero, de acuerdo
con el Departamento de Comercio de EEUU.

Hal Sirkin, de Boston Consulting Group (BCG), afirma que
el aumento de los salarios en China resta un poco de atractivo al
país. En 2000, los salarios de los trabajadores chinos
promediaron 3% de los de sus contrapartes estadounidenses. Hoy en
día, representan 9%, y la firma de consultoría
espera que la cifra llegue a 15% en 2015. Sirkin predice que ello
impulsará a muchos fabricantes a devolver el trabajo a
EEUU. ¿Cuántos? Sirkin todavía trabaja en un
cálculo.

Aun cuando el gobierno cuenta 4,68 trabajadores
desempleados por cada puesto que se abre, algunos empleadores
insisten en que no pueden encontrar empleados con las habilidades
que necesitan a los salarios que pueden pagar.

Realidad o ficción

En toda Europa, Asia y América, las corporaciones
nadan en efectivo, mientras su implacable búsqueda de
eficiencia sigue generando enormes ganancias. Sin embargo, la
porción de la torta que les corresponde a los trabajadores
se está reduciendo, gracias al alto desempleo, a las
jornadas reducidas de trabajo y a los salarios
estancados.

Estados Unidos en los años 70, tenían 20
millones de empleos manufactureros, con una población
total de unos 220 millones. A principios del año 2011,
sólo se mantienen 12 millones de empleos en las
fábricas norteamericanas, pero con una población
total de 320 millones de habitantes. En los años 70,
Estados Unidos controlaba el 28% de la fabricación mundial
de bienes y China sólo el 4%. En enero de 2011 Estados
Unidos produce el 20% mundial y China el 19%.

En enero (2011), 2,8 millones de personas estaban
"marginalmente ligadas" a la fuerza laboral, frente a los 2,5
millones de enero del año anterior (2010). Dentro de este
grupo se encuentra la gente que ha buscado empleo en los
últimos 12 meses, pero no en el último
mes.

De ellos, casi 1 millón no cree que
encontrará empleo (cifra que baja desde 1,3 millones en
diciembre 2010) y el resto, 1,8 millones, no han buscado trabajo
en las últimas cuatro semanas por razones como estudios o
responsabilidades familiares, explica el Departamento de
Trabajo.

La tasa de paro que incluye a estas personas, así
como a aquellos que se han visto forzados a trabajar a tiempo
parcial , denominada U-6, se redujo al 16,1% desde el 16,7% de
diciembre (2010).

El número de desempleados de larga
duración, aquellos que llevan en el paro al menos 27
semanas, se redujo a 6,2 millones y supuso el 43,8% de los
desempleados.

Paradójicamente, la realidad es que las
mediciones de desigualdad de ingresos y riqueza entre
países están cayendo, gracias a un crecimiento
robusto constante en los mercados emergentes. Pero a la
mayoría de la gente le importa más lo bien que le
va en relación a sus vecinos que a ciudadanos de tierras
lejanas.

A los ricos les está yendo esencialmente bien. A
enero de 2011, los mercados bursátiles globales se
recuperaron. Muchos países son testigos de un crecimiento
vigoroso de los precios de la vivienda, de las propiedades
comerciales o de ambos. Los renacientes precios de las materias
primas están creando enormes ingresos para los
dueños de minas y pozos petroleros, incluso a pesar de que
las subas de precios de los alimentos básicos están
desatando disturbios, si no completas revoluciones, en el mundo
en desarrollo. Internet y el sector financiero siguen desovando
nuevos millonarios y hasta multimillonarios a un ritmo
asombroso.

Las causas de la creciente desigualdad en el interior de
los países son bien entendibles, y ya han sido
señaladas anteriormente. Vivimos en una época en la
que la globalización expande el mercado para los
individuos ultra talentosos, pero hace que la competencia deje
afuera a los empleados comunes. La competencia entre
países por individuos calificados e industrias rentables,
a su vez, limita la capacidad de los gobiernos de mantener
impuestos elevados a los ricos. La movilidad social está
aún más afectada porque los ricos les brindan a sus
hijos una educación privada y ayuda post-escolar, mientras
que los más pobres en muchos países no pueden
permitirse ni siquiera que sus hijos sigan yendo a la
escuela.

En el siglo XIX, Karl Marx observó
inteligentemente las tendencias de desigualdad en sus días
y concluyó que el capitalismo no podía sustentarse
políticamente de manera indefinida. Llegado el caso, los
trabajadores se levantarían y derrocarían el
sistema. Transcurrida la primera década del siglo XXI,
aún se espera que llegue el caso… Mientras, fuera
de Cuba, Corea del Norte y unas pocas universidades de izquierda
en todo el mundo, ya nadie se toma en serio a Marx.

Sin embargo, en un momento en que la desigualdad alcanza
niveles similares a los de hace 100 años, el statu quo
tiene que ser vulnerable. La inestabilidad puede expresarse en
cualquier parte. Fue apenas hace poco más de cuatro
décadas que los disturbios urbanos y las manifestaciones
masivas sacudieron al mundo desarrollado, catalizando en
definitiva reformas sociales y políticas de amplio
alcance.

Sin embargo, sería un grave error suponer que la
enorme desigualdad es estable siempre que surja a través
de la innovación y el crecimiento.

Lo que resulta evidente es que la desigualdad no es
sólo una cuestión de largo plazo. Las
preocupaciones sobre el impacto de la desigualdad de ingresos ya
están constriñendo la política fiscal y
monetaria en países desarrollados y en desarrollo por
igual, a la vez que intentan abandonar las políticas de
híper estimulación adoptadas durante la crisis
financiera.

El mapa de los salarios mínimos en
Europa

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*Todas las cifras son brutas

Los habitantes de Luxemburgo serían los
más afortunados en este sentido, ya que cuentan con el
salario mínimo más alto de Europa (1.758 euros
mensuales); Les siguen de cerca los irlandeses, con 1.462 euros y
los holandeses (1.424 euros/mes).

En España nos encontramos aproximadamente en la
mitad de la tabla. No somos los que menos salario mínimo
tenemos ni los que más, y estamos en prácticamente
el mismo nivel que países como Grecia (863) o Eslovenia
(748), pero muy lejos de Inglaterra (1.139), Bélgica
(1.415) o Francia (1.365).

Las cifras, correspondientes a enero de 2011, han sido
publicadas por la oficina estadística comunitaria
(Eurostat). Todas las cifras son en bruto, por lo que el montante
final que reciba finalmente el ciudadano tendrá mucho que
ver con los impuestos de cada país.

A pesar de ello, las diferencias son menores cuando se
tiene en cuenta también el poder adquisitivo de cada
país, tal y como podemos ver en la tabla inferior. En este
segundo caso pasamos de una horquilla de 123 EUR – 1.758 EUR (sin
tener en cuenta el poder adquisitivo) a otra de 233 a 1.452.
España sigue en el grupo central, aunque los resultados
para nuestro país apenas varían: nuestro salario
mínimo corresponde a 766 euros si tenemos en cuenta el
poder adquisitivo de los españoles frente al del resto de
Europa, apenas 15 euros por encima de los 748 euros
reales.

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El riesgo de pobreza en la Unión
Europea

España cuenta con una tasa de población en
riesgo de pobreza del 19,5%, por encima de la media de la UE-27,
que se sitúa en el 16,3%. Desde el IEE indicaron que como
población en riesgo de pobreza se define a aquellas
personas que, incluyendo las transferencias sociales, se
sitúan por debajo del umbral de pobreza.

Entre los países de la UE hay grandes
diferencias, ya que las tasas de población en riesgo de
pobreza varían entre casi un 26% y tan sólo un
8,6%, subrayaron. La mayor proporción de población
en riesgo de pobreza corresponde a Letonia, con un 25,7%,
figurando a escasa distancia Rumanía (22,4%) y Bulgaria
(21,8%).

Lituania supera levemente el 20%, mientras que Estonia y
Grecia comparten un 19,7%. España figura en el
séptimo lugar de la UE-27 con una tasa de población
en riesgo de pobreza del 19,5%, si bien alcanza un 25,2% en la
población mayor de 65 años. Mientras, Italia
(18,4%), Portugal, el Reino Unido y Polonia (los tres con cifras
por encima del 17%) también superan la media
europea.

La mayoría de países de la UE (16 en
total) logran situar el porcentaje de población en riesgo
de pobreza por debajo del promedio. Alemania, Malta, Irlanda y
Luxemburgo cuentan con cifras en torno al 15%, mientras que
Suecia, Dinamarca y Francia ya bajan al entorno del 13%. Austria
(12%), Eslovenia (11,3%), Países Bajos (11,1%), Eslovaquia
(11%) y sobre todo la República Checa, con tan sólo
un 8,6%, figuran entre los países con menor riesgo de
pobreza entre su población.

Desigualdad inquietante (la desigualdad conduce a un
menor crecimiento económico)

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La "percepción" de los europeos (pérdida
de confianza)

¿Más Europa? Esa parece ser una de las
soluciones propuestas a la crisis económica y
política que asola al continente. La forma concreta que
esa "mayor" Europa tome no está nada clara
(creación de un tesoro europeo, establecimiento de
impuestos europeos, fortalecimiento de los mecanismos de control
fiscal por parte de las instancias supranacionales,…),
pero todas ellas parecen pasar por una nueva ronda de
transferencias de soberanía hacia las instituciones
supranacionales en el ámbito de la política
económica.

Nada hace pensar que los líderes europeos
encuentren en la opinión pública europea un aliado
en este proceso. Según el Eurobarómetro de
noviembre de 2011, menos de la mitad de los europeos (un 47%)
creen que la pertenencia de su país a la UE ha sido algo
positivo (frente al 18% que piensa que ha sido algo malo y al 31%
que considera que no ha sido ni bueno ni malo), y solo el 41%
confía en la Unión Europea (frente a un 47% que
desconfía). Si preguntamos a los europeos sobre algunas de
las reformas propuestas, como un mayor papel de las instituciones
supranacionales en la definición de la política
fiscal, los resultados son incluso menos
esperanzadores.

En cierto sentido, que el euroescepticismo esté
en auge no debería sorprendernos. Una de las regularidades
empíricas más estables encontradas por los
estudiosos de la opinión pública europea es que el
apoyo al proceso de integración está muy
correlacionado con el ciclo económico: los europeos
apoyamos la integración en los años de bonanza
económica y nos hacemos euroescépticos en las
crisis. Si observamos la evolución de la desconfianza
hacia la Unión Europea por países, se aprecia que
son los países que están atravesando mayores
dificultades económicas aquellos donde el ascenso del
euroescepticismo es más acusado.

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Mientras que en los países escandinavos (con
poblaciones tradicionalmente muy euroescépticas) la
desconfianza de sus poblaciones hacia Europa de hecho se ha
reducido ligeramente en la última década, en los
países del centro del continente y, sobre todo, en la
periferia más afectada por la crisis (los famosos PIIGS),
se puede detectar un claro aumento de la desconfianza hacia la UE
en los últimos cinco años. Por el papel central
que, según algunos, la opinión pública
alemana ha jugado en la capacidad de los líderes europeos
de adoptar determinadas decisiones, es particularmente
preocupante el aumento de la desconfianza hacia la UE en este
país que, a pesar de no haber sufrido apenas la crisis
económica, ha visto cómo su nivel de desconfiados
hacia Europa ha aumentado en solo cuatro años en veinte
puntos, hasta colocarse en un 55%.

Menos de la mitad de la población europea cree
que la UE ha sido positiva

¿Qué papel ha jugado la existencia de la
moneda única en este proceso de auge del euroescepticismo?
Resulta complicado establecer nítidas relaciones de
causalidad con estos datos, pero es llamativo que dos de los tres
países que decidieron quedarse fuera de la unión
monetaria tienen hoy índices de confianza en la UE mejores
que hace una década, mientras que, con la excepción
de Finlandia, todos los miembros de la eurozona han visto
cómo el euroescepticismo crecía en sus poblaciones.
El caso de Grecia es el más dramático de todos:
mientras que en el 2001 tres cuartos de la población
confiaban en la UE y un cuarto desconfiaba, en 2011 la
relación se ha invertido: hoy sólo un tercio de la
población confía en la UE, y dos tercios
desconfían.

¿Han cambiado las características de los
individuos europeístas y euroescépticos a lo largo
de esta década? Un análisis en detalle de los
determinantes de la desconfianza a nivel individual revela que si
bien muchas características de los individuos (edad, clase
social) siguen estando asociadas de la misma forma que hace diez
años con diferentes opiniones sobre la UE, el efecto de la
ideología del individuo ha cambiado de dirección:
en 2001 los europeos de izquierdas tendían, en media, a
desconfiar menos de la UE que los de derechas. Hoy sucede lo
contrario: ideológicamente, son los europeos de izquierdas
los que más desconfían de la UE.

Si, como apuntan estos datos, la crisis económica
y su gestión ha deteriorado el apoyo a la UE en los
países más duramente afectados por la crisis y
entre los sectores más progresistas de la
población, ¿existen formas de recobrar la confianza
de los europeos en la UE y de dotar de una legitimidad
democrática a los intensificación del proceso de
integración de la que ahora carece?

Es cierto que, dada la heterogeneidad de intereses que
conviven en la UE, la capacidad de adoptar políticas que
agraden a amplios sectores de europeos y que hagan por tanto
recobrar la confianza de éstos en las instituciones
supranacionales es limitada. Sin embargo, los propios datos de
Eurobarómetro muestran que sí existen
políticas demandadas de manera casi unánime por los
europeos: la abrumadora mayoría de los europeos creen que
la Unión Europea debería endurecer las
políticas contra los paraísos fiscales (89%),
regular los salarios en el sector financiero (82%), o establecer
un impuesto a los beneficios de los bancos (84%) o a las
transacciones financieras (el 72%). La UE puede aprovechar el
amplio consenso ciudadano sobre estas cuestiones como una
oportunidad para ganar la confianza ciudadana que ha perdido
durante la crisis. O puede elegir ignorar estas demandas y
agrandar los problemas de desconfianza ciudadana a medida que
estas cuestiones sean cada vez más centrales en la agenda
política de los europeos. Hagan ustedes sus
apuestas.

Los jóvenes que ni estudian, ni trabajan (el
problema crece en toda Europa por el paro y la falta de
alternativas)

Hay grandes diferencias entre los distintos
países de la UE. Y España, con un paro juvenil
cercano ya al 50%, está entre los que tienen peores datos:
son el 22,4% (en 2008 eran el 17%, y un año antes, el
13,8%). Con más de 800.000 jóvenes que ni estudian
ni trabajan, unos 280.000 más que en 2007 (si se cruzan
los porcentajes de la Encuesta Europea de Fuerza del Trabajo de
Eurostat con los datos del padrón del INE), España
ocupa el quinto puesto de la Unión en este preocupante
ranking. Por delante están Letonia (22,5%), Irlanda
(24,1%), Italia (24,2%) y Bulgaria (27,8%). Donde menos hay es en
Holanda (5,9%) y Luxemburgo (6,9%). Este último
está en el grupo de los únicos cuatro países
que han logrado reducir sus cifras durante la crisis, junto a
Alemania Malta, de forma levísima,
Bélgica.

"Es difícil hacer generalizaciones para toda
Europa, pero lo que parece estar ocurriendo es que los
jóvenes están siendo víctimas del paro (esto
ha sido peor en países como España), pues son los
más fáciles de despedir; y de los recortes de las
ayudas sociales. En Reino Unido se espera que bajen un 20% en los
próximos tres años, además de lo que ya se
han reducido", señala Neil Lee, economista del instituto
de investigación The Work Foundation, de la Universidad de
Lancaster.

El catedrático Psicología Social de la
Universidad de Valencia José María Peiró
distingue dos grandes grupos de jóvenes bajo la etiqueta
de ni-ni (ni estudian ni trabajan). Primero, los que lo son
porque no les queda más remedio: han fracasado en los
estudios y no encuentran trabajo. Segundo, los de tipo
"sabático", que se toman un tiempo antes de ponerse a
trabajar, al final o en medio de los estudios.
"Lógicamente, estos tienen salario de reserva,
quizás por la familia", añade.

Monografias.com

Precisamente el apoyo familiar -más en los
países del sur de Europa-, junto con las ayudas sociales y
el trabajo sumergido -el Ministerio de Economía
estimó a principios de 2011 que la economía
sumergida en el 20% del PIB español-, amortiguan el
impacto social de una cifra como ese 22,4% de ni-nis.

Aventurar cuántos jóvenes pertenecen a
cada situación es realmente complicado, pues la encuesta
europea simplemente señala a los jóvenes parados o
inactivos que no han estudiado, ni siquiera un cursillo de
inglés o de informática, en el último mes. Y
en realidad las variantes son infinitas: el que encuentra trabajo
pero lo rechaza por las malas condiciones del empleo o porque
tiene que desplazarse; el que vuelve a estudiar, pero se frustra
y lo deja (en Madrid, se titula sólo el 10% de los
matriculados en escuelas de adultos, según CC OO); el que
decide agotar el paro antes de ponerse otra vez manos a la obra;
el que se desanima tras mucho tiempo buscando
empleo…

Sin embargo, parece claro que el primer grupo que
señala Peiró, el de los que no trabajan porque no
pueden, y ni se les pasa por la cabeza retomar los libros, crece
en medio de la crisis. Sobre todo en un país como
España, que ha mantenido durante toda la década un
porcentaje de abandono escolar temprano cercano al 30%, aunque
ahora haya bajado al 28%. Fue en 2008 cuando en España
empezó a crecer mucho la cifra de ni-nis y se
disparó en 2009, precisamente cuando todos esos
jóvenes escasísimamente formados empezaron a
engrosar masivamente las filas del paro.

Antes de la crisis los jóvenes españoles
ya tenían serias dificultades para acceder a empleos de
calidad

Es decir, que son precisamente los más
vulnerables los que están engordando la
estadística, asume el catedrático de
Economía de la Pompeu Fabra José
García-Montalvo. "Las tasas de paro que han crecido
más rápidamente son las de los jóvenes con
menos formación; a diferencia de otras crisis anteriores,
mucho más rápido que las tasas de desempleo de los
universitarios", señala.

Así, no hay trabajo, y el reenganche en el
sistema educativo se hace complicado, no solo porque a los
jóvenes les pueda costar más o menos tomar la
decisión, sino "la escasa relevancia de los programas de
segunda oportunidad para mejorar la formación de los
alumnos que abandonan", señala el profesor de
Economía de la Universidad de Vigo Alberto
Vaquero.

La bomba de tiempo del desempleo juvenil

El mundo, dicen, está "sentado sobre una bomba de
tiempo, social y económica". El mundo está plagado
de desempleo juvenil.

Los números son duros. En algunos países
del mundo árabe hasta el 90% de los jóvenes en
edades comprendidas entre los 16 y 24 años está
desempleado. En EEUU el desempleo juvenil llega a 23%, en
España al casi 50% y en el Reino Unido al 22%.

En todo el mundo hay 200 millones de desempleados. 75
millones tienen edades entre los 16 y 24 años, y cada
año cerca de 40 millones de jóvenes están
listos para entrar al mercado laboral.

Los líderes empresariales reunidos en el Foro
Económico Mundial (enero 2012) saben que las cifras son
importantes: los jóvenes que estuvieron desempleados por
mucho tiempo ganaran menos dinero durante toda su
vida.

Tendrán menos probabilidades de ser empleados. No
tendrán las habilidades que las empresas necesitan. Es
más probable que tengan problemas de salud a largo plazo.
Y la situación puede degenerar en descontento
social.

Hay un término para eso: la generación
perdida. O como dice un profesor de una escuela de negocios "El
desempleo es una porquería. El desempleo juvenil es peor
aún. Los jóvenes perdieron la línea de
visión hacia el futuro".

Cifras duras

•200 millones de desempleados a nivel
mundial

•75 millones con edades entre 16 y 24
años.

•90% de los jóvenes en países
árabes no tienen trabajo.

•23% desempleo juvenil en EEUU.

•22% en Reino Unido

•50% en España

•Cada año 40 millones de jóvenes
ingresan al mercado laboral.

A los jefes les preocupan estas cosas, hasta a los de
corazón más frío, porque todo lo mencionado
arriba cuesta dinero.

Indirectamente, porque hay un menor demanda para sus
productos y servicios; directamente, en costos de entrenamiento y
de salud, e impuestos más altos.

Luego tenemos la parte demográfica. En Jordania
cerca del 70% de la población tiene menos de 30
años. Si los jóvenes no están preparados
para el trabajo, el país se quedará pronto sin
talento, dijo un participante.

Para los políticos, la Primavera Árabe es
algo que sigue fresca en la mente de la gente. Los levantamientos
comenzaron en Túnez cuando Mohamed Bouazizi se
inmoló.

"Se mató no porque quería hacer una
protesta política. Se mató porque no tenía
un empleo", dijo un gerente de fondos de inversión de
Pakistán. La falta de oportunidades para los
jóvenes fue uno de los catalizadores de la llamada
Primavera Árabe.

Los organizadores del Foro Económico Mundial de
Davos quieren demostrar que su inmensa red -una
combinación única de grandes empresas, gobiernos,
activistas sociales y organizaciones no gubernamentales- puede
hacer una diferencia.

Se organizó un taller para identificar qué
causa el desempleo juvenil y si puede existir alguna
solución rápida para atacar el problema, para
quienes hablaron era obvio que el problema desafía las
soluciones simples.

Claro que todo desempleo tiene una cosa en común:
la falta de demanda de trabajadores. Pero cada país, cada
región tiene problemas diferentes.

La automatización reemplaza muchos trabajos
rutinarios, no sólo en los países
desarrollados.

Hay problemas estructurales, por ejemplo cuando es muy
burocratizado contratar a alguien.

También puede achacársele alguna culpa al
sistema educativo, que falla en darles a los jóvenes las
destrezas que se necesitan para trabajos en economías
avanzadas.

En Corea del Sur es al contrario. Hay tantos graduados
universitarios que el país se está quedando sin
gente para llenar trabajos de obreros.

Además están las destrezas vitales o la
falta de ellas. Algunos jóvenes no conocen lo
básico, desde vincularse con compañeros de trabajo
hasta tener las habilidades empresariales
fundamentales.

Pero a veces una mejor educación podría
aportar una solución: en China, muchos repartidores de
correspondencia sólo pueden leer chino, lo que les impide
trabajar en compañías logísticas
internacionales que distribuyen correos y paquetería
llegada del mundo entero.

También hay problemas culturales. Algunos
países gradúan grandes cantidades de mujeres en la
educación universitaria, sólo para negarles las
oportunidades de trabajo, con lo que desperdician sus
talentos.

¿Qué hacer?

Es un tema que se presenta una y otra vez: negocios,
universidades y escuelas, gobiernos y organizaciones no
gubernamentales, no logran comunicarse sobre qué es lo que
necesitan y qué es lo que pueden lograr.

"El sector privado podría ser un elemento de
cambio", afirmó un participante, un activista de izquierda
que trabaja en una campaña educativa.

"Las universidades son simplemente muy lentas", dice un
industrial, "Si les digo que necesito graduados con diferentes
destrezas, les toma dos o más años cambiar sus
cursos. Para ese entonces la tecnología estará
cambiando de nuevo".

Pero de todos modos, otro empresario advirtió que
"una buena educación ya no te garantiza una buena
vida".

Sean del mundo árabe, de América del Norte
o de América Latina o Asia, muchos ejecutivos lamentaron
la falta de impulso empresarial y de destrezas básicas de
negocios y la necesidad de una cultura donde el fracaso no sea
celebrado.

Un hombre que está a cargo de una empresa con
varios cientos de miles de empleados en todo el mundo se quejaba
de que "vivimos en un mundo en el que la creación de la
riqueza no va paralela a la creación de trabajo. Esa
otrora cercana conexión está rota".

Mientras algunos sugieren la creación de grandes
programas, con una inversión de US$ 50.000 millones en los
próximos diez años para adiestrar gente en todo el
mundo, otros proponen pasos más pequeños con mayor
garantía de éxito

Del Ensayo: El "factor" Bernanke: otro "Maestro" que
se cae del tabernáculo (Parte II) –
Publicado en Junio
de 2013

(Hagiografía -no autorizada- del heterodoxo
"socializador" de las pérdidas del sistema
financiero)

(En Apartado 10) – Canción triste de Main
Street (el Día de la víctima)

– Asalto a la ilusión

Cuando era pequeño, mi padre, hijo de
inmigrantes (que sabía muy bien lo que era la pobreza), me
decía: si tú estudias y terminas la escuela
primaria, nunca tendrás que ser peón de
campo… si terminas el colegio secundario, nunca
tendrás que ser peón de albañil… y si
terminas la universidad… tendrás la vida
asegurada.

Ese "paradigma" fue cierto hasta en la remota, falaz
y fugaz Argentina. Ese país donde alguna vez sus
pobladores se creyeron que eran ingleses que hablaban en
francés, y un día descubrieron que eran italianos
que hablaban en español. Ese país que se
creyó elegido por Dios, para que en sus campos creciera de
noche lo que no se podían comer durante el día. Ese
país que estaba predestinado al éxito y
terminó siendo el mayor ejemplo mundial de fracaso
económico.

Así y todo, al menos hasta los años 80,
ese proyecto de vida fue cierto. El ascensor social funcionaba.
Los hijos (en la mayoría de los casos) superaban a sus
padres en "calidad" de trabajo, "nivel" de remuneración y
"progreso" social. En definitiva mi padre tuvo razón y sus
dos hijos universitarios… tuvieron la vida
asegurada.

Después paso lo que pasó en Argentina,
y eso ya es otra historia

Luego de casi 25 años de exilio voluntario en
la "avanzada" Europa, ¿podría hacer a mis hijas (o
nietos) el planteo que mi padre me hizo en la lejana Argentina,
allí por 1950?

¿Pueden hoy los jóvenes, mejor
preparados que sus padres (en un gran porcentaje), esperar un
nivel de vida más alto que el de sus padres? No digamos un
mejor nivel de vida… ¿al menos un trabajo mejor que
el de sus padres? No digamos un trabajo mejor… ¿al
menos un trabajo?

Todas las respuestas son NO. Con un 50% de paro
juvenil, no hay casi ninguna (podría decir, ninguna, sin
pecar de pesimismo) probabilidad de que puedan tener un mejor
trabajo que sus padres. "Década perdida" o
¿generaciones perdidas?…

Y no estoy hablando de los ni nis (que va de suyo),
sino de graduados universitarios (a veces, con masters e
idiomas). Un 20% de paro juvenil universitario, varios
años de espera antes de tener un primer empleo. Becarios
eternos, estudiantes aparcados en guarderías
universitarias (el master del master, el idioma del
idioma…). "Talludos" que se ven obligados a continuar
viviendo "con" sus padres o (peor aún) "de" sus
padres.

Han destruido el mercado de trabajo, han roto el
ascensor social, han limitado las posibilidades de constituir
nuevas familias, han cercenado la
natalidad…

Han transformado el Primer Mundo en el Tercer Mundo.
Lo que se dice, todo un éxito. Bravo por la
financierización de la economía, por la
globalización, por el librecambio, por la
desregulación, por la privatización, por la
deslocalización, por la competitividad, por la
economía de casino, por la turboeconomía, por la
economía de "manos libres". Bienvenidos al
subdesarrollo.

¿Qué guerra o catástrofe natural
asoló Europa para que su clase media tenga que recurrir a
la Cruz Roja en busca de ayuda?

¿Qué razón hay para admitir la
perspectiva de una generación perdida de gente joven,
destinada a sufrir durante toda su vida lo peor del desempleo y
sus condiciones sociales?

¿Qué siniestro ha ocurrido en los EEUU
donde desde enero de 2009 el número de estadounidenses que
necesitan cupones de comidas se ha disparado desde los 32
millones hasta los 43 millones?

¿Qué acontecimiento trágico ha
ocurrido en el Reino Unido para que el poder adquisitivo de los
británicos acabara en 2011 en niveles de 2005, un
estancamiento tal que hay que irse 80 años atrás en
el país anglosajón para ver algo
similar?

En el "Manifiesto de economistas aterrados", escrito
en 2011 en Francia por cuatro economistas galos -Philippe
Askenazy, Thomas Coutrot, André Orléan y Henri
Sterdyniak-, lanzado en España en abril de 2011 y al que
se han adherido ya más de tres mil doscientos colegas (a
enero de 2012), se denuncian las diez falsas evidencias que "se
invocan para justificar las políticas que actualmente se
llevan a cabo en Europa". El análisis de estos
economistas, aunque formulado con aliento socialdemócrata,
conecta con una percepción que tiende a generalizarse.
Porque constatan que, pese a la crisis, "no se han puesto de
ninguna manera en cuestión los fundamentos del poder de
las finanzas", por lo que esta recesión requiere "la
refundación del pensamiento
económico".

Para los "aterrados" expertos son falsas las
siguientes evidencias: 1) la de que los mercados financieros sean
eficientes; 2) la de que los mercados financieros favorezcan el
crecimiento económico; 3) la de que los mercados son
buenos jueces de la solvencia de los Estados; 4) la de que el
alza excesiva de la deuda pública es consecuencia de un
exceso de gasto; 5) la de que hay que reducir los gastos para
reducir la deuda pública; 6) la de que la deuda
pública transfiere el precio de nuestros excesos a
nuestros nietos; 7) la de que hay que tranquilizar a los mercados
financieros para poder financiar la deuda pública; 8) la
de que la Unión Europea defiende el modelo social europeo;
9) la de que el euro es un escudo contra la crisis, y 10) la de
que la crisis griega ha permitido por fin avanzar hacia un
gobierno económico y una verdadera solidaridad
europea.

Obviamente, no todas "las falsas evidencias" de los
"economista aterrados" son por igual convincentes, pero lo es el
predominio que ellos denuncian: la política neoliberal
como única opción que viene impuesta desde los
mismos centros de decisión en los que se gestó la
crisis. No se trata de un problema ideológico sino
empírico: el ajuste infinito nos lleva a una
recesión de profundidad incalculable.

"Los economistas esperan que, cerca de una cuarta
parte de los 8,4 millones de empleos que fueron eliminados desde
el inicio de la recesión en Estados Unidos, no
volverán a ser creados y a la larga, estos deberán
ser reemplazados por otros tipos de trabajo en sectores en
crecimiento, según la última encuesta de The Wall
Street Journal"…
Según economistas, muchos empleos
en EEUU no volverán a ser creados (The Wall Street Journal
11/2/10)

Los economistas predicen un crecimiento lento para la
economía estadounidense en su conjunto. Los encuestados
esperan, en promedio, que el crecimiento económico se
asiente en cerca del 3% durante el 2010, muy por debajo de la
tasa de crecimiento anual del 5,7% registrada en el cuarto
trimestre.

Esta es la razón por la que la creación de
empleos se ha vuelto un tema preocupante: Sobre la base de esa
proyección para el crecimiento económico, los
economistas prevén que durante el próximo
año Estados Unidos creará cerca de 133.000 empleos
por mes. Eso suena positivo y es, ciertamente, mejor que
más pérdidas de empleos. Sin embargo, debido a que
se necesitan cerca de 100.000 empleos nuevos para absorber a
quienes ingresan por primera vez a la fuerza de trabajo, ese
ritmo de creación de empleos sólo será capaz
de reducir lentamente la elevada tasa de desempleo.

La creación de empleo no sólo está
siendo afectada por la debilidad en el crecimiento
económico. "Las compañías, en nombre de
generar dinero, substituyen, en detrimento del empleo, mediante
subcontratación o tecnología", afirma Allen Sinai
de Decision Economics. Los salarios y los beneficios hacen a los
trabajadores "tan costosos que ¿quién
querría contratarlos? Como consecuencia, los trabajadores
desplazados no serán contratados de vuelta a menos que
dupliquemos la tasa de crecimiento que estamos
esperando".

Algunas compañías han utilizado la
recesión para encontrar formas de hacer más con
menos. "Existe cierto ángulo darwiniano para la
recesión", sostiene Sean Snaith, economista de la
Universidad de Florida Central en Orlando, Florida. "Las firmas
que sobreviven son más sólidas por contar con la
experiencia. Se aprietan el cinturón y buscan formas de
eliminar lo sobrante".

¿Nuevos paradigmas? Un modelo insostenible (el
daño autoinfligido): tenemos que continuar corriendo, como
ardillas enjauladas. ¿Por cuánto tiempo? Mientras
podamos…

Manifiesto de un
economista "defraudado" (además de "aterrado"): no se
puede justificar lo injustificable (escrito a principios de
2012)

No es cierto que los pobres sean los culpables de la
crisis (créditos subprime).

No es cierto que las reformas estructurales se deben
limitar al sector trabajo.

No es cierto que para mejorar la competitividad los
trabajadores deban aceptar contratos basura y despido
libre.

No es cierto que para resolver el problema del
déficit público haya que limitar el gasto en
sanidad, educación, pensiones y otros gastos
sociales.

No es cierto que el problema de la deuda en la
eurozona sea más grave que en los Estados Unidos o en el
Reino Unido.

No es cierto que no se puedan restablecer el
crecimiento en el corto plazo y, al mismo tiempo, abordar los
problemas de la deuda en el mediano y largo plazo, como respuesta
válida a la crisis.

No es cierto que los países que manejan su
política monetaria necesiten del mercado para financiar su
deuda.

No es cierto que el poder lo tenga el "mercado". En
los países soberanos el poder lo tiene el Estado a
través de su banco central y Ministerio de Hacienda. Nunca
el "mercado".

No es cierto que (únicamente) con "rigor
fiscal" se sale de la crisis. Es mucho lo que está en
juego. Sin una acción audaz, Europa (me animaría a
decir que EEUU también) podría verse arrastrada a
una espiral bajista de deterioro de la confianza, de
estancamiento del crecimiento y de menor empleo. Y ninguna
región quedaría inmune ante semejante
catástrofe.

Es aritméticamente imposible que todos los
países en la eurozona se escapen simultáneamente de
la crisis de la deuda a base de deflación. ¿Vamos a
morir juntos?

Coda: puede pasar lo peor o lo mejor (viejas y
queridas causas perdidas)

Estos "relatos" (de cabotaje), representan una manera
"solidaria" de iniciar las "Conclusiones" sobre las
"Economías Fallidas". Se trata de resaltar el poder del
dinero frente a la fuerza de la verdad. Denunciar que reinan los
principales por encima de los principios. Afirmar que la
economía (y la justicia) queda(n) huérfana(s) de
esperanza.

Las mías son "advertencias", no
"predicciones". Puedo estar equivocado (probablemente), pero no
soy "interesado" (cómplice), ni "pluma mercenaria"
(lacayo), con absoluta seguridad. A partir de esta
confesión, ustedes mismos.

Una crisis
camaleónica

Entre los factores que impulsaron esta crisis figuran
una política monetaria expansiva que propició un
aumento del endeudamiento, ya que los costes de las obligaciones
financieras eran muy reducidos y la abundante liquidez hizo que
los tipos de interés fueran inferiores a la
inflación, con lo que los incentivos para ahorrar en vez
de consumir eran menores. Una errónea evaluación
del riesgo por parte de las agencias de rating y de una falta de
regulación externa por parte de la Fed, y sobre todo por
un exceso de avaricia por parte de los responsables de las
entidades financieras.

El detonante fue la elevada morosidad de las
hipotecas subprime desarrolladas a raíz del boom
inmobiliario en EEUU y que se concedieron sin ningún
control a clientes apodados como ninjas, personas sin renta, sin
trabajo y sin activos (no income, no job, no assets). La pregunta
es: ¿por qué los bancos concedieron créditos
a gente que seguramente no podría pagar? Para seguir
alimentando la máquina del dinero. El fin no era la
concesión de créditos de vivienda en sí
mismos, sino el deseo de otorgarlos para posteriormente emitir
títulos respaldados por esos préstamos
hipotecarios. Cuantas más hipotecas daban, más
títulos podían emitir y mayor altura tomaban los
precios de la vivienda, con el consiguiente efecto riqueza sobre
la economía real. Sin embargo esto sólo se
podía sostener si el boom inmobiliario duraba
indefinidamente, pero ninguna burbuja es eterna. Y ésta se
desinfló el primer trimestre de 2007, cuando por la
saturación del mercado cayeron los precios de la vivienda.
Ante esta situación, algunos propietarios con bajo nivel
de renta, al ver que el valor de la vivienda quedaba por debajo
del valor hipotecado empezaron a no pagar los préstamos y
a devolverles las llaves de las casas al banco. De este modo
nacieron los activos tóxicos, en el sentido de que el
valor subyacente de las titulizaciones de las hipotecas era mucho
menor al de los bonos emitidos.

Pero, el principal problema vino a la hora de asumir
e identificar el riesgo de los activos. Ya que, estas hipotecas
una vez concedidas en títulos transferibles, se vendieron
por todo el mundo. Quienes las contrataban en EEUU eran agentes a
comisión, que cobraban en función del número
de hipotecas colocadas. Los ejecutivos de estas empresas no se
veían afectados por el creciente riesgo que el sistema
financiero asumía. Su trabajo consistía en vender
hipotecas y sólo de ello dependía su sueldo. Por
otra parte, los bancos a través de la titulización
-convertir activos, generalmente préstamos en valores
negociables en el mercado- tampoco fueron conscientes del riesgo
ya que diseñaron unos instrumentos financieros llamados
CDO (Collaterised Debt Obligations) con los que las entidades
sacaban de sus balances activos provenientes de su negocio
hipotecario, sustituyéndolos por dinero nuevo. En una
operación opaca que hacía difícil saber
quién era el tenedor final de ese título.
Así, cuando estalló la crisis los mercados de
capitales se secaron. Los bancos no sabían quiénes
estaban contaminados con estas emisiones, ni en qué
cuantía por lo que no prestaban dinero a
nadie.

Como consecuencia de esta restricción del
crédito muchos proyectos de inversión se cancelaron
provocando pérdidas empresariales, caída del
crecimiento económico y destrucción del empleo.
Tenemos así cómo, en un tiempo récord una
crisis en el sector hipotecario estadounidense se transforma en
una crisis financiera y posteriormente en una crisis
económica global.

Ahora la deuda es el problema

Ante esta tesitura, los Estados intervinieron a
través de estímulos fiscales y dando soporte de
liquidez y apoyo a los bancos. Tanto en EEUU como en Europa el
riesgo de quiebra del sistema financiero propició una
rápida y desorganizada ayuda a los bancos, mientras que
las respuestas en política fiscal y monetaria fueron
más coordinadas. En Asia la respuesta fue más
tradicional y, prioritariamente, se centró en expandir el
crédito y dar estímulos en ciertos
sectores.

Este esfuerzo que tuvieron que realizar algunas
economías para evitar el colapso de su sistema financiero
-nacionalizando incluso entidades bancarias-, y desatascar la
congestión de su sector productivo hizo que los niveles de
endeudamiento de estos países se incrementaran
notablemente y en un breve periodo de tiempo. Todo ello, unido a
un crecimiento prácticamente nulo de su PIB, hizo que en
los mercados financieros, comenzara a cuajar la idea de que
algunos países podrían no ser capaces de hacer
frente a su endeudamiento.

Un temor que cobró forma cuando, en octubre de
2009, el nuevo gobierno griego indicó que se había
disimulado el verdadero tamaño de su deuda desde
hacía casi una década, los problemas se dispararon
en los meses posteriores, hasta que en abril de 2010 Atenas
pidió el rescate y el 8 de mayo, se concedió una
línea de crédito de 110.000 millones de euros para
rescatar a Grecia (80.000 por parte de la UE y 30.000 del FMI),
quien ahora (noviembre 2011) está pendiente de un segundo
rescate. No fue la única, el 22 de noviembre de 2010 le
siguió Irlanda, que percibió una ayuda de 67.500
millones de euros; y el 6 de abril del año 2011 Portugal
claudicó y se le destinó un fondo de ayuda por
valor de 78.000 millones. Ahora España e Italia
están en el punto de mira al ubicar su prima de riesgo por
encima de los 400 puntos básicos. Un nivel a partir del
cual la intervención se realizó en los anteriores
países.

También al otro lado del Atlántico, han
tenido su particular vía crucis con la deuda.
Demócratas y republicanos tras una ardua
negociación alcanzaron un acuerdo para elevar el techo de
endeudamiento de la economía estadounidense -que se
establecía como límite en los 14,29 billones de
dólares- , un acuerdo que se alcanzó in extremis el
2 de agosto de 2011 para evitar que la primera potencia
económica entrara en quiebra.

Bajo los términos de lo pactado, la
autorización de endeudamiento subió de inmediato en
900.000 millones de dólares, y se añadirán
otros 1.5 billones para el año 2012. A cambio se
aplicarán de inmediato recortes de casi un billón
de dólares, mientras un comité bipartidista tiene
de plazo hasta fin del año 2011 para buscar una
reducción del déficit federal en otros… 2
billones de dólares (hasta el 22/11/11, no lo han
logrado).

Pero los "fallos" de la economía venían
de antes

El factor evidente que precipitó la crisis fue
la imprudencia imperdonable del sector financiero, sumada a la
insensatez de una desregulación que le dio rienda suelta.
La herencia que nos dejó (capacidad excedente en el sector
inmobiliario y hogares demasiado endeudados) dificulta
todavía más la recuperación.

Pero la economía se encontraba muy mal ya
antes de la crisis, y la burbuja inmobiliaria no hizo más
que ocultar sus debilidades. Si no hubiera estado la burbuja para
estimular el consumo, se habría producido una enorme
escasez de demanda agregada. Lo que ocurrió en cambio fue
que la tasa de ahorro personal se redujo a apenas el 1%, mientras
el 80% de los estadounidenses menos pudientes gastaban cada
año aproximadamente el 110% de sus ingresos. Incluso si el
sector financiero se recuperara completamente y estos
estadounidenses pródigos no hubieran aprendido nada sobre
la importancia del ahorro, su consumo no superaría el 100%
de sus ingresos.

En alguna medida Estados Unidos y el mundo fueron
víctimas de su propio éxito. El acelerado aumento
de la productividad en el sector industrial superó el
crecimiento de la demanda, lo que supuso una reducción del
nivel de empleo en ese sector. Esto implicaba un desplazamiento
de mano de obra al sector de servicios.

La necesidad que tienen los Estados Unidos y Europa
de retirar mano de obra del sector industrial se agrava por el
cambio de las ventajas comparativas: además de que hay un
límite global para la cantidad de empleos fabriles, una
proporción mayor de esos puestos de trabajo se irá
a otros países.

Mientras tanto, la globalización fue uno de
los factores (aunque no el único) que contribuyeron a que
surgiera el siguiente problema clave: el aumento de la
desigualdad. Como una parte de los ingresos se trasladó de
personas que los gastan a personas que no los gastan, la demanda
agregada se redujo. Asimismo, el enorme encarecimiento de la
energía derivó poder adquisitivo de los Estados
Unidos y Europa a los países productores de
petróleo, que al darse cuenta de la volatilidad de sus
precios, eligieron acertadamente ahorrar gran parte de esta
renta.

Las protestas durante el año 2011 por todo el
mundo han expresado la preocupación de la clase media y
trabajadora ante su futuro económico, el aumento de la
desigualdad de los salarios y la riqueza, y la
concentración de poder por la élite.

El argumento de que el 99% de la población se
hunde, mientras que el 1% prospera, tal vez simplifique una
realidad compleja, pero suena certero; el capitalismo no regulado
y la globalización no han beneficiado a todos, y entre sus
consecuencias adversas se incluyen las pérdidas masivas de
empleo, un crecimiento salarial mediocre y un aumento de las
desigualdades.

La desigualdad alimenta la inestabilidad
sociopolítica y reduce el crecimiento económico.
También conlleva la ausencia de demanda agregada que
debilita el crecimiento porque redistribuye las rentas de los
actores con mayor propensión marginal a gastar a los
actores con mayor propensión a ahorrar.

Los levantamientos y las revueltas árabes, los
últimos disturbios en Inglaterra y las protestas
anteriores en ese mismo país contra los recortes de
pensiones y la subida de las tasas académicas, las
protestas de la clase media israelí contra el alto precio
de la vivienda y la presión de una inflación alta,
la preocupación de los estudiantes chilenos sobre la
educación y el empleo, el vandalismo de coches caros de
los peces gordos alemanes, las manifestaciones griegas contra la
austeridad fiscal. Aunque no todas compartan un mismo lema,
expresan (de formas diferentes) la preocupación de la
clase media y trabajadora sobre su futuro económico, los
problemas de acceso a las oportunidades económicas y la
concentración de poder por las élites
económicas, financieras y políticas.

– De Obama 1.0 a Obama 2.0 ("Lo mejor está por
llegar")
(escrito a finales de 2012)

¿Cómo deja el país el presidente
de EEUU (Obama 1.0) al reelegido presidente de EEUU (Obama 2.0)?
El paro, la deuda, el PIB,…, todo ha empeorado.

Cuando Barack Obama ganó las elecciones
presidenciales encarnaba la promesa de un cambio radical. Es
más, su lema repetido una y mil veces decía "Yes,
we can" (sí, podemos). Cuatro años más
tarde, poco ha cambiado o más bien ha
empeorado.

Hoy por hoy, los datos no reflejan ningún
síntoma de mejora y la crisis económica lejos de
estar resuelta muestra la incapacidad de gestión del
presidente estadounidense.

El paro es quizá el punto más
débil de la legislatura del Obama. El nivel de desempleo
en octubre (2012) fue del 7,9 % con más de 12 millones de
parados. En enero de 2009, la tasa era incluso menor, del
7,8%.

El panorama laboral llegó a ser más
dramático hasta septiembre (2012) cuando acumuló 43
semanas por encima del 8%. Lejos queda aquel 2008 cuando Obama
prometió crear 12 millones de empleos si llegaba a la Casa
Blanca. Cuatro años después, no lo cumplió
por 7,8 millones.

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Crecimiento insuficiente

En términos de crecimiento, la actividad en
EEUU aumentó un 2% del PIB en el tercer trimestre del
año 2012. Sería un dato aceptable si no fuera
porque crecía el doble a finales de 2011. Además,
el porcentaje dista bastante del 4,3% proyectado por la Casa
Blanca al aprobar el sonado paquete de estímulo de 831.000
millones de dólares.

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A pesar de la inyección millonaria a costa del
contribuyente estadounidense, Obama no fue capaz de resucitar una
economía y lo único que provocó fue un
incremento del endeudamiento del país.

A consecuencia de estas medidas, la deuda nacional
supera a noviembre de 2012 los 16 billones de dólares,
algo más de lo que genera la economía en un
año. Se estima en 1,13 billones de dólares el
déficit del último año fiscal. Obama ha
aumentado el endeudamiento más que los 41 primeros
presidentes de EEUU juntos.

Estas cifras además ponen de manifiesto la
complicada escena que puede darse a finales del año 2012 o
principios de 2013. EEUU debe afrontar el agotamiento del techo
de endeudamiento del Tesoro, establecido en los 16,4 billones de
dólares y que puede llegar a consumirse a corto
plazo.

"En realidad, estamos hablando de lo siguiente:
¿vamos a demorar cuatro o cinco años en salir del
atolladero? ¿O va a demorar 10 o 12 años?", se
pregunta el profesor de economía y política
pública de la Universidad de Harvard Kenneth Rogoff. "No
hay nada que pueda sacarnos de esto en uno o dos años. Eso
sería un verdadero milagro. Pero una política
acertada puede acelerar el proceso".

Empleos y salarios

EEUU tiene un problema grave de desempleo. Alrededor
de 3,6 millones de estadounidenses están desocupados desde
hace un año o más. Casi uno de cada cinco hombres
de entre 25 y 54 años no tiene trabajo. Las
políticas fiscal y monetaria deberían ser
calibradas para que la mayoría de estas personas regresen
a trabajar antes de que se vuelvan permanentemente ineptos para
un empleo.

Sin embargo, EEUU tenía un problema de sueldos
incluso antes de la recesión de 2007-2009. El hombre
promedio entre 25 y 65 años ganó US$ 40.081 en
2011, cerca de 16% menos que en 1999, en términos reales.
A las mujeres les fue un poco mejor, ya que ganaron US$ 30.061, o
4% más que en 1999.

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Un crecimiento económico más
rápido es una condición necesaria pero
probablemente insuficiente para que los salarios vuelvan a subir.
Como han documentado los economistas David Autor y Frank Levy del
Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), los empleos
de ingresos medios que pueden ser fácilmente automatizados
o trasladados al extranjero están desapareciendo, y con
ellos los sueldos de la clase media.

Ascenso social

Los próximos cuatro años serán
más productivos si comienzan con un reconocimiento de que
la brecha entre los ganadores y los perdedores en la
economía estadounidense se ha estado ampliando.
Detrás del cambio hay razones, incluidas las fuerzas del
mercado, el avance de la tecnología, la
globalización y las cambiantes costumbres sociales. La
distancia entre el penthouse y la planta baja se ha ampliado,
pero los escalones que permiten el ascenso, como la
educación, no han mejorado
conmensurablemente.

La desigualdad proviene de decisiones
políticas

A principios del siglo XIX Estados Unidos
presumía de ser una de las sociedades más
igualitarias del planeta. En una carta fechada en 1814 Thomas
Jefferson aseguraba que en su país no había pobres:
"La mayor parte de nuestra población es trabajadora;
nuestros ricos, que pueden vivir sin trabajar, son pocos, y
tienen una riqueza moderada. La mayoría de la clase
trabajadora tiene propiedades, cultiva su propia tierra, tiene
una familia, y puede establecer precios competitivos que les
permiten alimentarse abundantemente, vestir muy por encima de la
mera decencia, trabajar moderadamente y criar a sus familias".
Para Jefferson esta equidad era la esencia misma del
recién independizado país: "¿Puede ser
cualquier estado de la sociedad más
deseable?"

El tercer presidente de los Estados Unidos estaba
obviando la situación de toda la población
afroamericana que vivía en la esclavitud pero, al margen
de esto, tenía razón en una cosa: pese a lo que
podría parecer, la sociedad estadounidense del siglo XIX
era relativamente igualitaria en términos
económicos. Mucho más que hoy en día. Tras
el revulsivo que supuso la revolución industrial, donde
una gran oligarquía controlaba toda la producción,
y la desigualdad alcanzó una de sus cotas más
altas, la situación fue estabilizándose hasta los
años ochenta del siglo XX. Desde entonces, la brecha entre
ricos y pobres no ha dejado de crecer: entre 1980 y 2007 la
desigualdad ha aumentado en un escandaloso 135%. Hoy en
día, en EEUU, el 1% de la población controla el
23,5% de la riqueza. (Davies, J., Sandström, S., Shorrocks,
A., y Wolff, E., 2008).

Este auge de la desigualdad es el que trata de
analizar un nuevo estudio, "The Rise of the Super-Rich" ("el auge
de los súper-ricos") publicado en la revista American
Sociological Review, que, centrándose en el caso
estadounidense, asegura que, a partir 1980, los ricos supieron
imponer sus criterios en el Congreso, los sindicatos perdieron
fuelle, disminuyeron los impuestos a las rentas altas y, en
definitiva, el 1% más adinerado no dejó de acumular
riqueza, mientras el resto de la sociedad la perdía. Una
tendencia que no ha disminuido ni un ápice desde entonces,
y que es similar a la que están viviendo las sociedades
europeas.

La desigualdad vuelve a niveles de la era
industrial

La situación no es nueva. Con la llegada de la
industrialización se vivió una situación
parecida en todo el mundo occidental: la brecha de la desigualdad
creció enormemente, auspiciada por gobiernos y
élites. Entre 1913 y hasta que finalizó la II
Guerra Mundial, el 1% de la población acumuló entre
el 11,3% y el 23,9% de la riqueza de Estados Unidos. Tal como el
propio Franklin D. Roosevelt argumentó en un discurso en
1932, durante una reunión de la Commonwealth, la
revolución industrial había sido posible "gracias a
un grupo de titanes financieros cuyos métodos no
habían sido examinados con demasiado cuidado". El
presidente justificó esto tirando de pragmatismo, en su
opinión Estados Unidos tenía el derecho de aceptar
esta realidad "agridulce". El resultado, tal como
reconocía el propio presidente, era que la igualdad de
oportunidades había desaparecido.

En 1928 la diferencia entre ricos y pobres de Estados
Unidos alcanzó su cenit: el 1% de la población
controlaba cerca del 25% de la riqueza. Desde entonces, pese a la
"agridulce" visión de Roosevelt, la brecha empezó a
disminuir. La lucha por los derechos civiles, los sindicatos -que
pese la represión de la Guerra Fría tuvieron una
gran fuerza en los Estados Unidos- y, en definitiva, la
extensión de cierto estado del bienestar, lograron que en
1975 la diferencia entre ricos y pobres disminuyera notablemente:
en 1975 el 1% más rico "solo" acumulaba el 8,9%. La brecha
había disminuido en un 63%. La situación ha dado un
vuelco desde entonces, al menos a nivel estadístico:
¿Qué ha ocurrido en los últimos 30
años para que la brecha de la desigualdad sea similar a la
de la revolución industrial?

¿Y
cómo es la situación en la City?…
perdón en el Reino Unido: "the big
momma"

"La economía británica
permanecerá en un periodo de depresión por dos
años más, según un importante centro de
estudios"…
Reino Unido: dos años más de
depresión (BBCMundo – 6/11/12)

El Instituto Nacional de Investigación
Económica y Social (Niesr, por sus siglas en
inglés) considera que una economía está en
depresión cuando la producción está por
debajo de su nivel máximo anterior. El centro calcula que
el producto interno bruto, la medida del rendimiento
económico, creció en 0,5% entre agosto y octubre
con respecto al año pasado. Pero aún está en
2,8% por debajo de su máximo nivel a principios de
2008.

Ya es la depresión más larga del
país desde la década de 1920, superando a la Gran
Depresión de la década de 1930. Incluso cuando
Reino Unido haya recobrado su máximo nivel de
producción, la economía seguirá teniendo una
considerable capacidad de reserva, implicando que muchos
aún no podrán encontrar un empleo
apropiado.

La cantidad total de empleados ya llegó a su
nivel previo a la recesión, pero mientras tanto la
población continuó creciendo, y eso quiere decir
que la tasa de empleo aún permanece por debajo del
máximo". Además, muchos trabajadores están
subempleados -trabajando a tiempo parcial y no a tiempo completo-
o aceptando empleo por debajo del nivel para el cual están
calificados.

"Pasará una cantidad considerable de
años antes de que la brecha de producción se
cierre", agregó, al poner la fecha para el regreso a la
normalidad económica más allá de 2017. El
pronóstico de Niesr predice un crecimiento de 1,1% el
año entrante y 1,7% en 2014. Sólo a partir de 2015
podremos esperar una recuperación sostenida. Pero incluso
una vez que la economía haya alcanzado su nivel potencial
de producción, Kirby pronostica que su crecimiento a largo
plazo será de sólo 2% anual, menor que el
prolongado promedio de 2,5%.

"Los contribuyentes tienen el riesgo de no recuperar
el importe inyectado a los bancos RBS y Lloyds para evitar la
quiebra de estas entidades"…
Los británicos
podrían no recuperar "nunca" el dinero del rescate
bancario (Negocios.com – 17/11/12)

Los contribuyentes británicos corren el riesgo
de no recuperar "nunca" los 66.000 millones de libras esterlinas
(unos 77.000 millones de euros) inyectados en los bancos RBS y
Lloyds para evitar la quiebra de estas dos entidades durante la
crisis financiera, según advierte un informe elaborado por
el Comité de Cuentas Públicas de la Cámara
de los Comunes del Parlamento británico.

Asimismo, el documento calcula que el rescate de
Northern Rock le costará a los ciudadanos de Reino Unido
alrededor de 2.000 millones de libras (2.325 millones de
euros).

En el caso de la entidad de Newcastle, el primer
banco británico víctima de la crisis financiera que
acabó siendo nacionalizado y posteriormente dividido en
dos entidades, los parlamentarios británicos
señalan que "el Tesoro no respondió con rapidez a
la crisis al carecer de las capacidades y conocimientos
adecuados".

Por otro lado, apuntan que la división en dos
de Northern Rock tras su nacionalización no sirvió
para estimular el crédito, ya que sólo se
alcanzó el 60% del objetivo de préstamos
estipulado, mientras que la falta de ofertas desembocó en
nuevas pérdidas para los contribuyentes cuando se
llevó a cabo su venta a Virgin Money.

En este sentido, los miembros del Comité
advierten de que la falta de competencia no permite albergar
mucha confianza en que los contribuyentes lograrán
beneficios con la venta de los dos bancos que aún
continúan bajo control público, RBS y
Lloyds.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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